¿Podemos leer cuando estamos cansados o enfermos?
Cuando estamos cansados o enfermos, nuestro primer instinto suele ser leer un buen libro. Pero, ¿es realmente leer la mejor manera de pasar el tiempo cuando te sientes deprimido? Echemos un vistazo a la investigación para ver qué tiene que decir sobre el tema.
Sommaire
Leer cuando estás cansado o enfermo: ¿buena o mala idea?
Los beneficios de leer cuando estamos cansados o enfermos están bien documentados. Los estudios han demostrado que la lectura puede ayudar a reducir los niveles de estrés, mejorar la calidad del sueño e incluso aumentar nuestra inmunidad. En un estudio, los participantes que leyeron durante seis minutos antes de acostarse se sintieron más relajados que los que no leyeron nada. Otro estudio encontró que las personas que leían durante 30 minutos todos los días tenían menos probabilidades de enfermarse que las que no leían nada.
Si la lectura tiene todos estos beneficios, ¿por qué no practicarla cuando te sientas cansado o enfermo? La respuesta está en el hecho de que cuando estamos cansados o enfermos, nuestro cerebro ya está trabajando horas extras para mantenernos funcionando. Esto significa que agregar una tarea adicional, incluso si es una tarea relajante como leer, en realidad puede ser más estresante que útil.
Además, cuando estamos cansados o enfermos, nuestro cerebro no puede procesar información con tanta rapidez o eficiencia como lo haría normalmente. Esto significa que es más probable que nos frustremos con nuestro libro y lo abandonemos antes de llegar al final.
Conclusión y opinión
Entonces, ¿deberías leer un buen libro cuando no te sientas bien? Las investigaciones muestran que no. Si bien la lectura tiene algunos beneficios, también es importante recordar que nuestro cerebro ya está trabajando horas extras cuando estamos cansados o enfermos. Esto significa que agregar una tarea adicional, incluso si es una tarea relajante como leer, en realidad puede ser más estresante que útil. Si decide leer un libro cuando no se siente bien, asegúrese de elegir un libro que sea breve y fácil de leer para no frustrarse y darse por vencido a la mitad.